NUESTRA HISTORIA

Nunca creí en el amor a primera vista hasta que conocí a Mila en un viaje corto a Mónaco. Me llevó sólo cinco días enamorarme de ella. Cinco días para darme cuenta de que ella es lo que me ha faltado toda la vida. Cuando tuve que regresar a mi país, quería darle algo que simbolizara mi promesa de regresar y pasar el resto de mi vida con ella. Visité casi todas las joyerías de Mónaco. En esas joyerías se vendían pulseras, anillos y colgantes preciosos, pero todos esos regalos no tenían ningún significado. De repente vi una pulsera que era muy simple pero elegante y tenía un círculo dorado en el medio. Luego se me ocurrió la idea de hacer un grabado en la pulsera, y así nació la primera pulsera de Mila Cantes.